«Desarrollamos nuestra Misión cerca de la juventud, a través de un Proyecto Educativo abierto y flexible que comprende tres etapas progresivas con objetivos acentuados en cada una.

  1. El despertar de su propia identidad.
  2. El crecimiento personal y solidario.
  3. La apertura a la fe en Jesús de Nazaret.» (Constituciones nº 52)

1. Despertar de la propia identidad.

Se dirige a los adolescentes y jóvenes que experimentan una situación carencia¡, algún tipo de marginación social y cultura¡ que les pone en el límite de la problemática social, como muestra de un vacío que no es sino la otra cara de la inquietud por su vida. Así se orienta hacia los jóvenes con menos recursos y más desfavorecidos.

El joven tiene, en este caso, unas necesidades básicas que cubrir para poder llegar a tener la dignidad de persona humana: la necesidad de ser valorado por sí mismo y de estar motivado, la de sentirse útil, activo y protagonista.

Se tratará, por tanto, de enfrentar al joven consigo mismo, con los demás y con su entorno, para que pueda reconocer y liberar su potencia¡ humano, no depender sino curar sus carencias y depertar a la conciencia de su propia identidad.

Se precisará, por parte de los animadores y educadores en las diversas actividades, una vocación y cualidades específicas, trabajo fuerte en equipo, caracter flexible y con recursos, capacidad creativa y de escucha y sobre todo, ser conscientes de la mutua interacción educativa.

Los métodos tendrán que ser activos y de amplia participación a partir del espacio vital del joven, con la pedagogia de acción‑reflexión‑evaluación permanente en base a las actividades y a las personas.

OBJETIVOS EDUCATIVOS GENERALES DEL PRIMER NIVEL

  • A) Afectivos: autoestima, relaciones familiares, adaptación social, interpersonal, ambiental.
  • B) Sociales: trabajo, tolerancia frente a agresividad habilidades sociales, prevención de drogas y formas de marginación en la juventud más desfavorecida.
  • C) Intelectuales. capacitacíón y orientación de estudios, interés por la cultura y el arte.
  • D) Físicos: educación en la salúd e higiene, el deporte, la ecología, naturaleza y medio ambiente.
  • E) Éticos: educación en valores.

MEDIOS:

  • el propio medio ambiente social: familia, amigos, calle y barrio, centros de enseñanza.
  • asociaciones: vecinales, casas de juventud, deportivas, de tiempo libre, culturales, etc.
  • talleres escuela u ocupacionales, y centros o equipos de integración social, cultural y laboral.

2. El crecimiento personal y solidario.

Se dirige a aquellos jóvenes que ya pueden manifestar, de alguna manera, un interés por asumir su vida con los objetivos de una integración personal y social.

Descubrirnos experimentalmente como tres aspectos que mutuamente se interaccionan: la necesidad inicial de una elemental experiencia gratificante de sus vidas; la de una básica curación de traumas, resentimientos y prejuicios que originan en el joven reacciones desproporcionadas; y la necesidad de experimentarse aprendiendo la gestión de su propio crecimiento.

En este período se dan signos de decantación hacia la apertura frente a los que se cierran en su propia utilidad: la alegría de vivir, la integración corporal y con el pasado, la apertura a los demás y la búsqueda de orientación y sentido para su vida.

El animador tiene que darse cuenta, en esta etapa, que se pone el acento en el joven mismo, como un necesario repliegue para un salto cualitativo, evitando los narcisismos; si éstos persisten, será preferible reformular el proceso y lo equipos a seguir alimentándolo.

Esto supone que los animadores de este nivel tienen que estar preparados para acompañar a los jóvenes. personas con capacidad de cercanía cálida, de escucha y seguimiento personal. Proyectan con autenticidad sus opción personal como referencia concreta en la que creen y a la que se entregan, pero reconociendo que hay otras muchas que merecen un gran respeto.

Corresponden a esta etapa todos los medios que potencien explícitamente el crecimiento de la persona, aprovechando los recursos de formación y los intercambios con grupos que permitan el encuentro y la confrontación, el enriquecimiento y la apertura. Diríamos todo aquello que suscite «experiencias cumbres» a niveles físicos, psicológicos y sociológicos, incluyendo el descubrimiento y cercanía de] dolor humano.

Naturalmente esta etapa no va separada de la anterior. Por ejemplo, promoviendo la dimensión de[ trabajo a través de talleres de integración social, este proyecto pretende no solo la resolución M problema M paro, sino la promoción de personas armónicas preparadas para la vida.

OBJETIVOS EDUCATIVOS GENERALES DEL SEGUNDO NIVEL:

  • A) Afectivos: autenticidad existencial creciente o coherencia entre lo que se siente, piensa, dice y hace, crecimiento en los valores humanos: responsabilidad, veracidad, educación en el amor, el afecto y la sexualidad, compañerismo y solidaridad, apertura a la trascendencia.
  • B) Sociales: la integración de las relaciones humanas; apertura a la conciencia social y a la problemática de la justicia: educación para la democracia y el cambio social, educación intercultural y para la animación socio‑cultural.
  • C) Éticos: armonización de la escala de valores formación ética y moral y en la dignidad y libertad de la persona, sus deberes y derechos.
  • D) Espirituales: criterios y sentido de la vida; apertura al misterio y el problema del Hombre.

MEDIOS:

  • Grupos de crecimiento o de personalización social.
  • Escuelas de animación socio‑cultural y de tiempo libre.
  • Y en general todas aquellas actividades juveniles (convivencias, cursillos, acampadas, centros y casas, etc.) que formen en el ajuste personal, en la conciencia social, en los valores y derechos humanos y que den una filosofía de la vida, según los anteriores criterios.
  • Voluntariado social juvenil que eduque y comprometa pra una cultura de la solidaridad y de la paz.

3. Apertura a la fe en Jesús de Nazaret.

La apertura al misterio y problema del hombre, la búsqueda del sentido de la vida y de una más verdadera imagen de Dios, lleva a jóvenes inquietos a este nuevo nivel.

Supone, de alguna manera, haber recorrido las etapas anteriors. Porque aquí se trata de que el joven pueda entrar en un nuevo registro de conciencia: asumir todo lo humano, la vida y su presencia en el mundo, desde Dios. Esta etapa se dirige, pues, a aquellos jóvenes a quienes se les da a jesús formando parte de un grupo eclesial orientado a la construcción del Reino de Dios.

Es el joven el que toma la iniciativa, fruto de una llamada interior y personal, por la que piede ayuda para entrar en una experiencia abierta a una radical novedad: la de seguimiento o encuentro con Jesús de Nazaret, experiencia gratuita que alcanza a la globalidad de la persona. En consecuencia acepta progresivamente que la búsqueda de Jesús pasa por las mediaciones de la experiencia de Dios como: la oración interiorización de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, la comunidad concreta con la que comparte su fe dentro de la Iglesia, el descubrimiento de su quehacer como cristiano en el mundo, y en general la experiencia de la propia persona en búsqueda, ante todo, de la voluntad de Dios.

Es, en primer lugar, la misma Comunidad la que dentro de la Iglesia, con sus luces y sombras, es refencia para estos jóvenes. Y es ella la que envía a algunos hermanos a ser animadores de la fe como testigos entre ellos, a quienes comunican de quién se han fiado y por quién se sienten habitados, la experiencia que la Comunidad tiene de Dios en Cristo. Así el animador de la fe tiene conciencia de que, desde su realidad, se pone al servicio de la llamada, de la invitación que Dios hace a ese o a esa joven concretos; es un mediador, por tanto, que estimula y valora la experiencia de fe que tiene lugar de manera misteriosa en el alma del joven. Acompaña, comparte, no empuja.

Será el equipo de animadores el que tendrá que adaptar a cada grupo y persona los años necesarios en el proceso y los temas y experiencias concretos que vayan conformando su ser creyente. No obstante se ve claro que sea un proceso catecumenal en el que se da una experiencia de grupo y un acompañamiento personal que tendría como dos partes:

1) la consolidación humana de la apertura de¡ joven a Dios hasta que pueda hacer la «opción fundamental», de modo que el joven constate experimentalmente hasta qué punto es cierto que no se auto‑engaña en la decisión. Conocer los fundamentos que constituyen en el hombre la fe en Dios, el conocimiento del Jesús de la historia y su conexión con el Cristo de la fe, el contacto con la Palabra de Dios y los Sacramentos, la historia de la Iglesia y su vivencia en comunidades, el aprendizaje de la meditación personal y de la oración litúrgica, de la lectura creyente de la realidad y de la revisión de vida. Se trata de una etapa de purificación de las mediaciones de Dios recibidas, que terminará en la preparación del proyecto personal de vida a la luz de la fe.

2) Como consecuencia de lo anterior, surge esta segunda parte que tiene por objeto ya experimentarse siguiendo a Jesús en un estilo de vida, un modo de ser persona y modo de estar en el mundo. Es una experiencia de constante confrontación de su trabajo y de sus afectos, de su servicio y de su silencio, de su uso del tiempo, del dinero y de la vida cotidiana, con el mensaje del Reino de Dios, mediante un grupo de revisión de vida según el Evangelio; y continuar la formación cristiana integrando progresivamente el proceso humano y el espitirual, hasta que confluyan y pueda hacer una opción vocacional por seguir a Jesús en los cauces de una comunidad eclesial con su carisma y misión.

OBJETIVOS EDUCATIVOS GENERALES DEL TERCER NIVEL:

  • A) ENCARNACIÓN. La Iglesia ha tomado conciencia de que no se puede evangelizar si no es desde la solidaridad con aquellos a quienes de dirige (Cfr. GS 1) Así la Comunidad Misión‑juventud quiere evangelizar en unión profunda con la promoción y liberación humanas y asumiendo la opción por los pobres.
  • B) TESTIMONIO. ‘La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio’ (E:N: 21). La C.M.J. quiere dar testimonio de la vida nueva M Evangelio a veces de manera silenciosa y otras explícita, tanto de manera personal cuanto comunitaria, pero siempre de modo significativo.
  • C) ANUNCIO EXPLICITO DE JESUCRISTO. ‘No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios » (E. N. 22). La C.M.J. no puede escamotear a los jóvenes que no conocen al Señor el tesoro que los creyentes hemos encontrado.

MEDIOS:

  • Actividad testimonial de los miembros de la Comunidad en sus propios ambientes de vida: trabajo, amigos, barrio, familia, amigos de los hijos, centros académicos, etc.
  • Participación de los miembros de la Misión Juventud y de la Comunidad como tal en la Pastoral juvenil de la propia parroquia, M Arciprestazgo o de la Iglesia locales incluso universal.
  • Promoción de actividades de fe‑joven o de grupos generacionales de crecimiento o personalización de la fe, como preparación a la participación en el proceso catecumenal.
  • Participación en la Escuelas y actividades de formación de catequistas o de animadores de pastoral de juventud.
  • Aportación a los procesos catecumenales y su proyección posterior, eclesial, hacia la C. M. J. y hacia otras comunidades según la vocación de cada joven.