III.¿En qué basamos nuestro Proyecto Educativo?

«Nuestra Comunidad se entiende a si misma, fundamentalmente, como proyección de vida y no sólo de acción, y se expresa entre los jóvenes a través de su presencia educativa» (Constituciones nº 46).

Análisis de la realidad juvenil.

La aparición de una cultura específicamente juvenil nace paralela a la industrialización y se desarrolla plenamente a lo largo de la segunda mitad M siglo XX. Durante este tiempo los adultos y las instituciones sociales han sido más bien testigos o acompañantes que no han tenido fácil establecer relaciones de mutua reflexión con los jóvenes, lo cual es previsible que se continué y agrave en este siglo XXI que comienza.

Convencionalmente la categoría de joven se ha fijado entre los quince y los veinticuatro años, pero el límite en el que el joven es reconocido plenamente como adulto ha sido siempre un fenómeno social. Esta crisis de identidad que implica el tránsito a la condición de adulto tiende a alargarse desmesuradamente en nuestra cultura occidental moderna.

La juventud española está formada por diez millones de jóvenes que tiene entre quince y veintinueve años y suponen un cuarto de población. Lo que unifica a estos jóvenes por encima de las diferencias que podemos encontrar, entre ellos, viene dado por los problemas de inserción laboral, dependencia de la familia e imposibilidad de formar la propia, dificultad de acceso a la vivienda y para independizarse económicamente, con lo que en este contexto, la condición de joven puede pasar de ser una promesa a una condena.

En los tiempos de crisis y cambios que vivimos hoy, es un hecho que los jóvenes vuelven a espacios conocidos y cercanos como la familia, hacia el momento presente incluida la noche, y ante lo inhóspito que les resulta el ambiente extremo buscan su identidad más individual que colectivamente y lo privado es para ellos más importante que lo público. En el fondo se sienten solitarios y huyen de compromisos serios. El grupo de amigos ejerce un gran influjo en la orientación de la vida.

El nivel de aspiraciones que, por otra parte, la sociedad fomenta en ellos, blanco preferido de la publicidad, de las utopías y de los intereses políticos, se compaginan mal con sus posibilidades reales, con lo que la autoestima está a la baja en adolescentes y jóvenes. La enorme dificultad de encontrar empleo, el estréss de la vida urbana, la inseguridad, las carencias afectivas, la incomprensión y la incomunicación, cuando no el maltrato, son fuente de frustración y de marginación y hasta de trastornos psicopatológicos en muchos adolescentes y jóvenes. La agresividad y la violencia son consecuencia de la incidencia angustiosa de la crisis en ellos.

Las estructuras de poder, de información, del capital y de las técnicas de progreso, que manipulan a los jóvenes y adultos, hacen que la vida de la mayoría sea algo que ocurre y no algo que cada uno puede hacer. La incitación al consumo, la competitividad y la despreocupación se impone a la masa de jóvenes, sin participación real en la toma de decisiones. Es necesaria una promoción positiva de cada joven y de sus grupos y asociaciones. No se trata de hacer «por» y «para» ellos, sino con ellos.

La cultura juvenil es positiva cuando deja de tener un papel de incidencia neoliberal (muy fuerte hoy) y pasa a tener otro de cambio social, frente a la ideología e imposición del capitalismo, rechazo del «desorden establecido» e integración en los nuevos movimientos sociales: ONGs, voluntariados, movimientos pacifistas, feministas, ecologistas o de derechos humanos. La participación en asociaciones voluntarias, deportivas, culturales, de ocio y tiempo libre, son de buena aceptación. Aumenta la cultura de la solidaridad.

2. Base socio‑cultural

Según el análisis de la sociedad y de la cultura, la Comunidad Misión Juventud resalta el valor de la ‑PERSONA‑ tiende a favorecer un hombre y mujer jóvenes nuevos‑, con una visión M MUNDO‑más según Dios‑ y de la IGLESIA‑siguiendo las directrices de¡ Concilio Vaticano 11‑, todo ello esbozado en nuestro Credo.

Este proyecto debe ser actualizado con frecuencia y adaptado a las diversas situaciones en que la Comunidad realiza su Misión.

3. Base pedagógica

Buscamos el proceso pedagógico más adecuado, considerando las corrientes pedagógicas actuales y nuestra propia experiencia educativa.

  • Con métodos activos y participativos, personalízadores, siendo los jóvenes protagonistas de su propio desarrollo.
  • En equipos o grupos pequeños, de aprendizaje de la vida, con orientación y acompañamiento adulto que faciliten los procesos de crecimiento personal.
  • Por medio de planes, programas y actividades, atractivos e innovadores, según los centros de interés de jóvenes, aunque orientados a los objetivos propuestos
  • Con una orientación personalizadora y comunitaria a la vez, para el desarrollo afectivo, y abierta al servicio de la comunidad, barrio, localidad, etc.
  • Esa orientación despertará el interés y responsabilidad por la propia formación personal integradora, que transforme su vida, actitudes, hábitos, criterios.

4. Base psicológica.

En el proceso de desarrollo personal creemos necesario el autoconocimiento, de cada persona y grupo, para hacer posible la personalización al despertar y desarrollo de la conciencia social de los adolescentes y jóvenes. Lo anterior contribuye a respetar los ritmos y los procesos personales y grupales.

  • La experiencia comunitaria utiliza los conocimientos de la psicología humanística como el Análisis Transaccional, que ilumina desde dónde nos comunicamos y cómo lo hacemos; la Gestalt, para darnos cuenta de lo que está pasando aquí y ahora en nosotros, responsabilizarnos de nuestras emociones y sentirnos completos, no divididos; la Dinámica de Grupos, cómo estamos y nos relacionamos en grupo; etc.
  • También estamos abiertos a las aportaciones del mundo oriental para desarrollar la capacidad de interiorizacíón a través de técnicas como el Yoga y el Zen, revalorizando lo corporal
  • La Relación de Ayuda, método no‑dírectivo de Carl Rogers, PRH, etc son caminos para contrastar nuestro crecímiento personal.
  • Finalmente, consideramos importante todo lo que favorece la relación interpersonal y la comunicación de sí en la pareja, equipos de formación o de revisión,. etc.

5. Otros apoyos.

Teniendo siempre presente que lo más original es el valor de la persona, el interés educativo tendrá en consideración los avances que se vayan produciendo en materia y base humanística, manteniendo un continuo diálogo con la sociedad y las ciencias en los distintos campos: sociológico, ecológico, de soporte informático y de medios de comunicación.